El camino de Andric

En Casa de la Amistad, cada historia nos recuerda que detrás de cada diagnóstico hay una familia, una batalla… y un sueño por cumplir.

La historia de Andric Mendoza, uno de nuestros casos de éxito, es testimonio vivo de lo que sucede cuando se combinan la atención médica, el amor familiar y el respaldo solidario.

Cuando tenía 14 años, Andric comenzó a notar síntomas que parecían inofensivos: pequeños moretones, llagas en la boca, dolores en los pies. En sus propias palabras:

“Al principio pensamos que era por jugar fútbol, andar descalzo o morder lápices. Pero los dolores se hicieron más fuertes, y empezaron las infecciones, los dolores de cabeza… ahí supimos que algo no estaba bien.”
- Andric Mendoza

Después de varios estudios, llegó el diagnóstico que cambiaría su vida: leucemia linfoblástica aguda. Fue canalizado al Instituto Nacional de Pediatría, donde comenzó tratamiento el 19 de diciembre de 2019. Y fue ahí donde conoció Casa de la Amistad.

“La trabajadora social del hospital nos habló de Casa de la Amistad. Nos brindaron hospedaje, alimentos, transporte para mis citas, medicamento… Todo lo necesario para que pudiera enfocarme en lo más importante: mi recuperación.”

Como cualquier adolescente en esa situación, necesitaba respuestas claras. Le preguntó a su oncóloga sobre sus probabilidades de sanar.

“Me dijo que todos los niños tienen un 70% de posibilidades de recuperación. Le pregunté si yo estaba dentro de ese 70%, y me dijo que sí… pero que tenía que seguir todo al pie de la letra.”

Y así lo hizo. No faltó a una sola consulta. Siguió cada indicación. Acompañado por su familia, enfrentó el miedo, el cansancio y la incertidumbre con una fe admirable.

“Hubo momentos difíciles, pero nunca dejamos de luchar.”

Hoy, Andric tiene 19 años, está dado de alta, y acude solo a chequeos cada dos meses. Este año cumplirá 20 años, lleno de vida, planes y esperanza.

“Gracias a Casa de la Amistad por su enorme apoyo. Sin ustedes, este camino habría sido aún más difícil. Con fe, amor y perseverancia, se pueden superar los momentos más difíciles.”

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